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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 24. El barco de las boyas

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 24. El barco de las boyas

Decíamos en otro lugar de este blog que la abundancia de sardinas en  nuestras costas había sido en su tiempo generadora de riqueza, eso sí, mal repartida. La pesca y subsiguiente elaboración de conservas requería una serie de servicios auxiliares. En un puerto de tanta actividad como el de Ayamonte no era de extrañar la existencia de un servicio de vigilancia y conservación del servicio de boyas para facilitar la navegación de nuestros barcos.

En Ayamonte contábamos con este servicio, simbolizado en un barco que por ello fue conocido como el barco de las boyas. Al frente de este servicio estaba don Clemente, que también era profesor del Instituto en los talleres; como patrón o timoner creo recordar a Narciso Sánchez, padre de nuestro amigo Chico, pregonero de nuestra Semana Santa; de maquinista, Prudencio, que era popularmente conocido como Prudencio el de las boyas, y completaba la tripulación Pepe el "Cacholo". Su centro de coordinación estaba situado en la calle de las Flores.

Aprovechando que don Clemente era profesor del Instituto Laboral, un día que se soltó una boya y hubo que ir con el barco hasta Tavira a recogerla, se aprovechó la ocasión para que los alumnos participásemos en una clase práctica de navegación, trabajando con el sextante, el timón, tomando nota de profundidades, etc.

La foto que ilustra este artículo recuerda ese día y en ella aparece un determinado número de alumnos con dos profesores. Para los curiosos les aclaro que dichos alumnos eran: en primer término, Pablo Domínguez, "Perlacias"; en la primera fila y de izquierda a derecha, Pepe Concepción Ribeiro, Jesús Andray, los profesores don Manuel Gago y don Clemente, cerrando la hilera Feliciano Fernández Sousa y detrás de él, Julio Barroso Piris; y en la segunda fila, en el mismo sentido, Paco Palmero, Victoriano Aguilera, Pepe de la Cruz Fernández, Sulpicio Gutiérrez y Trinidad Flores Cruz.

Además de la experiencia del navegar y las prácticas realizadas, hubo otra que vivimos casi todos: marearse en alta mar y soltar por la borda como suele decirse, hasta los higadillos.

2 comentarios

Trini Flores -

Muchas gracias, amigo Narciso, por la aclaración. En un manuel de Psicología leí una vez que la mejor forma de aprender es equivocándose (técnica del ensayo y el error), porque siempre hay alguien generoso, como tú, que te saca del error.Yo ya sé que tu padre no fue el patrón del barco de las boyas, y además sé que lo fue Manuel Oliva, al que naturalmente recordamos, y los apellidos del bueno de Pepe el Cacholo, al que yo cariñosamente llamaba "el embajador de los Cantaritos", porque hacía gestiones para José Susino, que entonces vivía en Granada. Buena persona, algo trolero, pero bueno de verdad. Un abrazo y espero verte más veces por el blog, y a tu cuñado Pedro anímalo. Recuerdos a María Victoria.

Narciso Sanchez Romero -

Amigo Trini: Enhorabuena por tu iniciativa.
Tengo que hacer unas puntualizaciones sobre el Barco de las boyas.
Mi padre, Narciso Sanchez, nunca formó parte de la tripulación de este barco. Posiblemente el error se deba a que sí formaba parte del mismo Juan Vazquez, que vivia en una casa cercana a la nuestra en la Calle Galdames y que durante muchos años desempeñó su trabajo en el barco de referencia.
Aclarar también, que el último miembro que se menciona en el artículo, se llamaba José Ortega Silgado, más conocido por "Pepe Cachola",buen ayamontino y mejor amigo (q.e.p.d.).
Para terminar, recordando años anteriores, es de justicia recordar a Manuel Oliva, patrón del barco que vivía con su familia en la casa de las boyas, ubicada en lo que hoy es calle de las Flores y justo enfrente del final de la calle San Mateo.
Saludos
Narcisdo Sanchez Romero