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AYAMONTE EN EL RECUERDO. La droguería de Cayetano Ojeda

AYAMONTE EN EL RECUERDO. La droguería de Cayetano Ojeda

Antes de nada, aclarar que Cayetano Ojeda Fernández era el abuelo de nuestros amigos y buenos ayamontinos Tani y Ramón Ojeda.

Tal droguería venía ubicada más o menos a mitad de la calle Huelva en la acera de la izquierda y era la más famosa de la época, tanto por su antigüedad, por las diversas actividades y prestaciones que ofrecía y sobre todo por la personalidad de su titular.

Cayetano Ojeda era un hombre tan de su droguería, que a lo largo de mi vida nunca lo vi fuera de ella, era como si nunca hubiese estado en la calle. Le encantaba trabajar en la trastienda, de tal  manera que para que te despachara tenías que llamarlo a voces. Muchos de los artículos que vendía, como la pólvora, por ejemplo, lo hacía en estuchitos de papel curiosamente doblados que él mismo elaboraba. Todo lo envolvía con curiosidad... y sin prisas.

Llegó un momento en que en el mercado irrumpió el gasoil -que popularmente llamábamos petróleo- que venía a sustuit al viejo carbón. Servía tanto para cocinar como para alumbrar los hogares mediante quinqués e infiernillos. Era característico observar las grandes colas que se formaban en la fachada de la droguería con las señorar portando latas vacías de otros productos y damajuanas para abastecerse del nuevo, económico y efectivo producto. En Cádiz sacó nuestro paisano Antonio Villegas aquella letra que decía: "hay mocitas que no se conforman a casarse con cuatro trapitos, ahora quieren el colchón flex, lavadora y el infiernillo".

Termino con una anécdota o quizás un chiste que se contaba como anécdota. Un día entró un  aficionado a la pesca en la droguería a comprar unas plomadas en forma de huevo, y se equivó al pedirlas, llamó al tendero y cuando lo vio venir con sus cansinos andares, le dijo así. ¿tiene usted huevos de plomada?. Y el bueno de Cayetano Ojeda le contestó: no, hijo mío, yo lo que tengo son muchos años y un poquito de reuma. Un abrazo a Tani y a Ramón.

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