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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. 26: LA CASA DE POLONIA

AYAMONTE, UN CALLEJERO MUY PARTICULAR. 26: LA CASA DE POLONIA

 

La última vez que tratamos el particular callejero ayamontino fue cuando nos referimos a la muy popular calle de los Perros –Juan Fernández- y hoy vamos a tratar otro lugar muy cercano, tan cercano que resulta colindante.

En mis tiempos de niño solíamos jugar en la pedrera del Peñón, que se encuentra bajo su famosa balda, allí jugábamos al fútbol principalmente, hacíamos candelas, etc., y al terminar, en vez de subir por los escalones de calle Tarpeya, que sería lo normal, escalábamos una pared vertical que nos llevaba hasta el  final de la calle Olivo. Durante esa escalada teníamos la ocasión de ver un número considerable de gatos, tan acostumbrados ya a nuestra presencia, que ni siquiera se asustaban. Esos gatos no vivían solos, no era vagabundos, ni mucho menos, eran los compañeros del vivir de una señora ayamontina, conocida por Polonia, que vivía sola en cuanto a otra presencia humana en una casa junto a la dicha pared vertical. La casa en cuestión estaba y creo que todavía está situada –si nó la han derribado, claro- al comienzo de la calle Lepanto, rotulada con el nº 1 de la misma. La calle Lepanto empieza ahí precisamente –en el rincón que hace la calle frente a la citada casa vivió creo que toda su vida el recordado Rogelio “el de los Jeringos”-, sigue hasta la confluencia con la calle de los Perros, doblando a la derecha en ángulo recto para seguir hasta el cruce con la calle Huelva y desembocar posteriormente en la Avenida.

El primer tramo de la calle Lepanto era y sigue siendo el menos conocido de dicha calle, pues mucha gente cree, yo mismo lo creí durante mucho tiempo, que formaba parte de la de los Perros. Sin embargo, un dato ponía las cosas en su sitio y disipaba las dudas. Si alguien preguntaba dónde vivía Rogelio  el churrero, o la familia “Tolete”, o Enrique el de las cabras, a dicho tramo se le denominaba como el de “la casa de Polonia”.

Hoy la casa está en venta –salvedad hecha de que ya no sea así pues la foto que ilustra el artículo la quité hace meses- pero mucho me temo que dado el poco atractivo lugar, mala follá tiene la cosa. Si nó, observen ustedes el letrero que se pone para la venta. Como los chistes sin palabras.

 

3 comentarios

Trini Flores -

Amigo Indiscreto, no tengo nada que rectificarte porque ya ves, habiendome criado a cien metros de esa casa, sólo conocía a esa señora por Polonia, ya sabes que los andaluces nos tragamos letras alegremente, y de Apolonia pasamos a Polonia, pero ignoraba en absoluto sus apellidos. Así que ahí queda tu excelente información. Gracias. ESTO ES UN BLOG.

Indiscreto -

Creo que el nombre de la señora en cuestión era APOLONIA JESÚS GONZÁLEZ. Si no, que Trini me rectifique.

Ayaba -

Muchas veces pasamos por la calle de la señora Polaca los motivos eran tres, uno ir a la estación a ver aquel monstruo con cola de madera que cuando respiraba se envolvía en una nube de humo, el segundo ir a jugar a la pelota al campito del tren o al campo Fortuna y el tercero ir a buscar agua a la primera fuente que se hizo –Junto a la Plaza Jiménez Barberi-cuando llego el agua por tubería –Antes llegaba por la lluvia y se recogía en aljibes en el pozo de los almendros y en el pozo de la villa o por atracción animal un señor iba vendiendo el agua por las calles con un carro tirado por un burro a perra gorda –diez céntimos- el cubo o a dos perras y una chica –veinticinco céntimos o un real- el lebrillo.
Íbamos a la arrecife y en la cuesta San Diego había un camino que iba a la pedrera, en el camino nos entreteníamos con las vinagreras que son unas flores con un jugo que da gusto a vinagre y en ver en la pedrera un asno que casi siempre estaba.