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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTINOS INOLVIDABLES. 3. Antonio el Poke

AYAMONTINOS INOLVIDABLES.  3. Antonio el Poke

Lo de Poke creo que le venía por ser un poco tarta y que se lo puso el padre Gutiérrez porque el inolvidable personaje que hoy recordamos le preguntaba el por qué de todas las cosas.

Una mañana cualquiera estás tan tranquilo en el Casino España y ves que entra un indivíduo cargado de chaquetones de cuero y piensas que es un moro vendedor ambulante. No era un moro, era el Poke. Porque Antonio hizo de todo en la vida con tal de ganarse los garbanzos, de pintor de brocha gorda a azafato de los conciertos que organizaba Florencio Aguilera  y, finalmente, cuando su limitación física no le permitía realizar otros trabajos, a eso, vendedor de cosas.

Entre el Poke y yo había una amistad a prueba de bombas, salíamos juntos de penitentes el Viernes Santo con la hermandad del Descendimiento. El era hermano de antiguo, yo ni siquiera lo era. El tenía ganado, por su antigüedad, puesto de preferencia; yo, del montón, pero se venía a formar pareja conmigo, así podíamos pegar toques a uno y otro lado de las respectivas aceras.

Coincidimos muchas veces en la Casa del Niño durante aquellos recordados desayunos de después de la misa de primera hora de la mañana. Su cuñado, Román, y yo, le recordamos muchas veces al coincidir en el cementerio al visitar a nuestros seres queridos, y hablamos de él, de sus virtudes, de su nobleza y su gran corazón. Y del gran sentido del humor que le precedía en todo lo que hacía.

También nos unió la Milagrosa, partidas de futbolín, y el Frente de Juventudes, en fin, todo lo que había, porque todo eso y mucho más encerraba una palabra hermosa, de las más hermosas que creó el hombre: amistad.

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