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ANECDOTARIO AYAMONTINO. 17. La histórica nevada de 1954

ANECDOTARIO AYAMONTINO. 17. La histórica nevada de 1954

Hasta el último momento he dudado si meter este artículo en "Anecdotario" o en "Ayamonte en el recuerdo". Al fin me he decidido contarlo como anécdota, es más, yo diría que la nevada de 1954 es la gran anécdota de nuestra historia moderna, por lo imprevisto, por lo impropio, por la gran sorpresa que supuso para todos. No se ha vuelto a repetir ni creo que se repita, salvo que el anunciado cambio climático diga otra cosa, y para ese momento ya no estaremos aquí para contarlo.

No es Ayamonte lugar donde se den temperaturas bajo cero, que es la primera condición para que nieve, porque con cero grados, como diría un lepero, ni frio ni calor. Tampoco la cuesta de la Villa, que tanto nos cansa subirla, tiene altura suficiente para hablar de altitud propia para las nevadas. ¿Por qué nevó entonces en Ayamonte?. Ni idea, como diría Gila, eso son cosas del tiempo.

Yo voy a contar respecto a la nevada, mi anécdota personal, espero que vosotros contéis la vuestra y así compongamos esa gran anécdota histórica de la que hablaba.

Los galeones, como todos los inviernos, estaban desarmados y atracados en el estero de la Ribera. Y mi padre, como de costumbre, tomándose su vasito de vino en la Cepa. Llegaba a casa sobre las 9 de la noche, pero aquel día le escuchamos toser subiendo la calle Olivo -el Peñón- poco más de las 8. Nos extrañó. Mi madre, mi hermana y yo permanecíamos sentados a la camilla abrigaditos con la copa de tierra. Cuando mi padre entró vimos como la gorra negra que usaba, propia de los marineros, estaba completamente blanca; el reía y nosotros no sabíamos por qué, hasta que por fin explotó y nos dijo: venga,  a la calle, que está nevando.

Era como un sueño ver todo el Peñón blanco, la barda se había confundido con el resto del entorno, y a la mañana siguiente la pedrera aparecía como un gran manto. Las marismas de Santa Gadea - entonces no existía ninguna construcción, salvo las casetas de los astilleros de Irene y Juan del Río, la casa de Paco el Lanchero y la del Salón- era el gran manto blanco de Ayamonte, un manto blanco y enorme que llegaba hasta el rio, y continuando por los campos de Canela, hasta el mar.

Inolvidable, sencillamente. Hoy conservamos una gran fotografía del suceso, que nos presenta la Laguna nevada, lo que le hacia falta a nuestra emblemática plaza para ser más bella todavía.

5 comentarios

F. Pargana -

permiso.
Sin duda bellisima nuestra Laguna.
como bella y simple la historia.
saludos.

jmrguezma -

Que recuerdo me trae esta foto y este comentario. Yo vi nevar desde el cierre de mi casa y al dia siguiente en la Laguna jugamos con la nieve que no se habia solidificado. Habia que tener mucho cuidado con las caidas, pues la nieve al solidificarse resbalaba mucho. Tambien se tuvo que poner sal en las azoteas, para que la nieve se derritiera y no se solidificase con el consiguiente soprepeso en los techos. Gracias Trini por tantos recuerdos.

Calixto -

1º No me parece oportuno hablar aquí del tema de la Hermandad de Miércoles Santo.

2º Si os fijais en la foto, en el centro de la Laguna aún no esta el monumento de la inmaculada. En 1954 fue el centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción y creo que fue cuando se puso ese monumento. ¿no?

3º La fecha de la foto es, ¿A princpios de año o a finales de año?

...uno de los de la bicha... -

... no creas, con tantos artistas y compadreo que siempre han tenido seguro que no llega la sangre al río.
Lo de la nevada, por donde irá?...

El monaguillo de San Antonio -

Todo eso está muy bien contado, pero nevada, nevada, nevada, la que está cayendo sobre los de ex-combatientes, que tienen trampas hasta la bandera y ahora quieren que se haga cargo de la hermandad una gestoría o algo parecido.