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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 23. Las Migas

AYAMONTE EN EL RECUERDO. 23. Las Migas

En cuanto abra el blog el Godovi empezará a creer que vamos a hablar de comida, pero está equivocado, no se trata de ese plato que nos llena tanto y que no debemos ni oler los diabéticos, que además es baratísimo porque se hace con el pan sobrante, estas migas van por otros derroteros.

Aunque hoy proliferan las guarderías infantiles, que por cierto, si son bien llevadas y controladas son muy beneficiosas para las familias, no se trata de un invento reciente, ni mucho menos, lo que ocurre es que antes, ni estaban registradas oficialmente, ni se llamaban así, pero cumplían la misma misión: socializar a los niños y sobre todo tenerlos al cuidado mientras el padre iba a la mar y la madre a la fábrica. A esas antiguas "guarderías", en Ayamonte les dimos el nombre de Migas.

Las Migas normalmente estaban regidas por mujeres ya muy mayores, casi siempre viudas y desde luego y en todo caso, con escaso poder adquisitivo. Se quedaban todo el día con los niños mientras los padres trabajaban, hacían que jugaran unos con otros, y les contaban cuentos de hadas y de espadachines. Los niños solían ir a estas Migas con babis y como eran tiempos difíciles económicamente en ocasiones los bancos donde se sentaban eran de corcho.

No puedo recordar todas las migas, así que les hablaré de aquella en la que estuve hasta entrar en la escuela de los Marinos. Se trataba de la Miga de doña Segunda, que era una señora viuda, muy educada y muy dulce en sus maneras, nos embobaba con los cuentos que nos narraba. Yo le conocí dos ubicaciones, la primera en la calle Hermana Amparo, entonces Calvo Sotelo, haciendo esquina con Lusitania, otrora Capitán Cortés; la segunda, en la calle Felipe Hidalgo a la altura de le embocadura de la calle Cabalga, y ya la tercera en la calle Cruz, en el tramo que queda detrás de las Hermanas de la Cruz. La que más recuerdo es la de la calle Felipe Hidalgo, sobe todo a la hora de los cuentos y cuando iba con Paco el Puchín a comprar los pirulís de caramelo a la Barranca, en casa de una señora que le decían La Viudita. Luego doña Segunda los vendía y así tenía otro pequeño ingreso. Paco el Puchín era un demonio, el más travieso de todos, pero como ahora, ya mayorcito, sabe ganarse a la gente y era el niño preferido de doña Segunda.

¡Qué tiempos aquellos!. Por cierto, me gustaría saber en que Miga estuvieron, si es que estuvieron en alguna, mis amigas Sarima, Locar o el romántico propietario de la "taberna del amor". Ya lo dirán.

4 comentarios

El Ayaba -

Había cuatro migas o más, yo fui a dos, eran algo más, mucho más que tener unos niños recogidos.

En la miga de la inolvidable Segunda hice muchos palotes, aprendí a leer la cartilla y el Catón. Allí me pillo la gran nevada, una tarde iba con mi hermana para casa cuando empezaron a caer los primeros copos, a la mañana siguiente estaba todo blanco y la gente en las calles haciendo muñecos de nieve, fue muy bonito.

La miga de la inolvidable Isidra, estaba en la calle San Roque -aquí estuve más tiempo- aprendí a escribir y las cuatros reglas de la aritmética.
Isidra compraba cartones para ponerlos en el suelo para que los niños tuvieran los pies calentitos, también le traían ramas de eucalipto y retamas en flor del Salón de Santa Gadea –en aquel tiempo todo era arena y marismas- porque en la habitación que daba a la calle con ventana tenia un altar con la Virgen de la Inmaculada y un cuadro del niño Jesús.
Me enseño a rezar, me preparo y una mañana muy temprano me llevo a las monjas para hacer la primera comunión, más adelante me llevo a la iglesia de Las Angustias para hacer la confirmación.

Cuando fui a la escuela de La Merced ya sabía un poquito de la educación primaria.

Por todo eso y porque allí se hacían los primeros amigos, amistades que aun perduran el Ayaba aunque aya pasado más de medio siglo y hace muchos años que vive en otra ciudad se acuerda de las migas de Ayamonte su pueblo sus raíces. Cuando se escribe lo que se siente el teclado no corre sino vuela.

Kiski -

En Almería las migas, las de comer, son de harina y no de pan.

Se suelen hacer cuando llueve, no mucho desde luego, y acompañarse con rábanos, pimientos, sardinas, aceitunas...

Lo comento a modo de curiosidad por lo que venía en el primer párrafo.

De lo otro no tenía ni idea.

Un Saludo

buenavista -

COMO TE PODRAS IMAGINAR YO TAMBIEN HE IDO A LA MIGA Y NO A UNA SOLA SINO A DOS PRIMERO A LA DE TU VECINA MARIA DOLORES Y DESPUES A LA DE PAQUITA EN LA AVENIDA NO SE SI LA RECUERDAS

locar -
















yo era muy pequeña cuando iba de la mano de mi hermana a la miga de Segunda,recuerdo a esa señora vestida de negro muy educada despues siguieron Isidra Doña Pilar. etc. y la verdad que alli nos enseñaron a leer.