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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

MOJARREANDO. Veterinario de minas

MOJARREANDO. Veterinario de minas

Los blogueros se preguntarán a qué viene el título de este artículo, que suena a disparate. Y es que en realidad, de disparates vamos a hablar en días sucesivos.

Siempre se ha dicho que allá por las alturas de la Administración y de la Política hay alguien que se levante con el propósito de hacerse notar, con pretensiones de pasar a la posteridad, y para ello sólo se les ocurre disparates. Ignoro qué lumbrera sería aquel que un día se le ocurrió que el término Maestro de Escuela estaba anticuado y lo cambió por el de Profesor de EGB -chupa del frasco, carrasco-; o el que decidió que los Peritos Aparejadores en adelante se llamarían Arquitectos Técnicos -sigue chupando del frasco, carrasco, que hay más-; o el que pensó que los Practicantes tendrían que llamarse ATS. El pobre, o los pobres se sentirían satisfechos. Pero de ello hablaremos en días sucesivos, hoy baste con contarles una historia sucedida a mediados del pasado siglo y que posiblemente fuera la precursora, la antesala de estos disparates.

Dicen que un grupo estrafalario de veterinarios pretendió que por la Administración se cambiara el nombre de la titulación académica, de tal guisa, que en vez de llamarse Veterinaria, pasara a ser Ingeniería Agrupecuaria. Tal disparate, incluso desde el punto de vista semántico, no prosperó y la inmensa mayoría de los veterinarios sensatos se alegraron del fracaso de aquellos compañeros.

Pero hubo uno que siguió en sus treces. Y llegada la Navidad, mandó el aguinaldo a un íntimo amigo que era Ingeniero de Minas; el regalo en cuestión iba acompañado de una tarjeta de visita en la que se podía leer: Fulano de tal, "Ingeniero agropecuario". El amigo se apresuró a llegarse a una imprenta y hacer un encargo, una sola tarjeta de visita. Mandó a su vez su aguinaldo a su amigo, y éste, al abrir el sobrecito donde iba la tarjeta pudo leer: Fulano de tal, "Veterinario de minas".

No sé si llegó a escarmentar con la ingeniosa indirecta, pero mucho me temo que más de un tonto de capirucho de la Administración y la Política vienen a ser como aquellos estrafalarios veterinarios. En los próximos días lo veremos detenidamente.

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