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Mojarra Fina: El Blog de la Mojarra Fina Ayamontina

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Las cuadrillas de campanilleros

AYAMONTE EN EL RECUERDO. Las cuadrillas de campanilleros

Antes que se me olvide y aunque después lo recuerde, un saludo hasta el más allá para mi amigo Maclau, último exponente de las cuadrillas de campanilleros ayamontinas.

Me pide "locar", asídua bloguera, que escriba sobre los villancicos en el Cardenio y en general de aquellos tiempos de cantar villancicos por Navidad. Con mucho gusto, pues además era una cuestión pendiente.

De toda la vida, aunque también las cosas de toda la vida se acaban, en Ayamonte salían las cuadrillas de campanilleros a cantar villancicos por las calles y por las casas. Yo era un asíduo, y lo pasábamos muy bien, sobre todo cuando nos invitaban en las casas y encima echaban el aguinaldo en la zambomba. No llevábamos música, se entiende de guitarra, nos valíamos de la percusión únicamente: botella de anis el mono, pandereta, chiquichís, zambomba, palillos  o castañuelas y  por supuesto el almirez con el que se daba la entrada con tres golpes. Es cierto que se hicieron representaciones y concursos en el Cardenio, pero yo con esto, como con el carnaval, soy más de calle.

Nos gustaba ir a cantar al desaparecido bar Jerez, en el lateral del Paseo, donde tiene mi amigo Paco Abreu la tienda. Allí trabajaba un camarero conocido por Juan Pestaña que nos hacía cantar el siguiente villancico para que su jefe, que era muy agarrao, nos echara alguna moneda, cosa que ni de milagro ocurría: "lhoy traemos una corona contrahecha de laurel, para coronar con ella al hueso del bar Jerez". No vayan a creer que lo de hueso era una ofensa, era el segundo apellido del propietario del bar, José Pavón Hueso, del que un día les contaré una graciosa anécdota.

Las cuadrillas proliferaban, era raro el barrio que no tuviera una y a veces nos encontrábamos en la misma calle y nos cantábamos unos a otros. Despues, todo se fue apagando y resurgió con Maclau, que junto con Roque, el Lena y otros, nos alegraron las Navidades durante los últimos años.

Lo mejor de todo es que había un villacinco ayamontino, como hay una saeta. Siempre se empezaba así: "a esta puerta hemos llegao, señores cantar queremos, que la licencia del Niño en la mano la traemos". Os prometo que un día traeré a esta misma página las letras de villancicos de entonces.

Por último, si alguien tiene una foto de la cuadrilla del Maclau, por favor, que la envíe a mi correo para sustituirla por la que saldrá en este artículo, que por supuesto no es de Ayamonte. Gracias. Mi correo ya lo sabe todo el mundo, pero por si acaso, lo repito: larampladelconsorcio@hotamil.com

1 comentario

locar -

gracias Trini soy novata en todo esto pero con vosotros estoy aprendiendo algo me ha gustado lo de los villancicos