LA PECULIAR FORMA DE HABLAR DE LOS AYAMONTINOS. Hoy: jampita

Hoy nos referimos a:

JAMPITA

Uno de los juegos predilectos de los niños de mi época era el del trompo. Consistía en dibujar en el suelo con tiza o simplemente señalándolo si era de tierra, un redondel. Dentro poníamos trompos viejos, ya "maltratados" por el propio juego, y los nuevos los enrollábamos con un cordel al que llamábamos reinal y lo lanzábamos contra los trompos viejos tratando de darle a alguno e incluso partirlo con la puya, puya que solíamos encargar en la fragua de Curro, allá cerca del astillero de Zamudio, abuelo de Juan el Guinga, el gran palangrero de Ayamonte.

Cuando el trompo que usábamos era pequeño y más chato y rerdondo que los otros le dábamos el nombre de jampa o jampita, aunque su  nombre oficial es el de peonza. Así vino derivándose el vocablo que hoy estudiamos hasta llevarlo a la comparación cariñosa de la mujer bajita y de airosos andares. La Rae nos define peonza más o menos así, como persona chiquita, regordeta y bulliciosa.

Era una forma de piropear a las mujeres bajitas. Hoy resulta muy peligroso echar un piropo a una mujer porque corres el peligro de que te tache de machista, aunque yo creo que si el piropo es elegante y gracioso como el que comentamos, a toda mujer le sentará bien aunque no quiera reconocerlo públicamente.

2 comentarios

[Trini Flores - 06 de octubre de 2008 - 15:23]

Querido comandante: te estás refiriendo a un asunto que pusimos de moda en casa de tu tío Bole y dirigido por el indescriptible Manolo Feria el Tejaíto. Era un juego que consistía en decir los motes de las gentes mediante un pareado. Tú pones algunos ejemplos, pero llegamos a reunir más de seiscientos motes, no se si esa lista se conserva, pero yo para nuestro blog tengo otro proyecto en el asunto de los motes. Cuando regreses de Huelva de comprarte el traje de boda te lo explicaré. Otro ejemplo de aquellos era: gordito y maricón y vive del camión (Alejandrito Cortina).

[Comandante - 06 de octubre de 2008 - 14:59]

Tiene dos culo de vasos por gafas, y pescado vende en la plaza.

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Colorín, colorado, en La Peña siempre está sentado.

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A ver que puedes decirme de esto, amigo Trini.